El Renacimiento es ante todo un movimiento italiano, pues es clara la supremacía de Italia en el desarrollo artístico de los siglos XV y XVI. No hay que olvidar el poco arraigo del estilo gótico en este conjunto de estados. Desde el punto de vista económico, Italia era un centro de primer orden, por sus relaciones comerciales entre Europa y Oriente y el gran desarrollo de su Banca, lo que hizo alcanzar una modernidad económica y unas estructuras sociales avanzadas. En este país el lenguaje del Renacimiento se viene gestando desde finales del siglo XIII.
El Renacimiento significa un despertar del Humanismo. Por primera vez, el hombre se siente centro del universo (antropocentrismo), y esto tendrá una evidente plasmación en el arte, tanto en la arquitectura, donde las dimensiones del edificio se acercan más a la escala humana, como en la escultura y la pintura, donde el naturalismo y el realismo se imponen cada vez con más fuerza. El culto a la vida y el amor ala Naturaleza , hacen que el arte se conciba más como una recreación del espíritu. La belleza de las formas sustituye al expresivísimo del arte medieval. Por otro lado, se produce un retorno a las formas artísticas propias del clasicismo, consideradas ejemplo de equilibrio de perfección.
La figura clave de este periodo es el humanista, el hombre universal, que posee conocimientos sobre una amplia variedad de temas: filosofía, literatura, geografía, arte, a la vez que leen el latín y el griego. En las cortes renacentistas, deseosas de abrirse a un mundo nuevo, estos hombres son aclamados con veneración. Quizás Leonardo Da Vinci sea el ejemplo perfecto de este nuevo prototipo humano.
Nace ahora la crítica del arte, pues por primera vez la obra de arte es analizada racionalmente desde el punto de vista del espectador. Los pensadores renacentistas discutían sobre la idea de Belleza y la plasmación física de la misma en el arte. Ello da lugar al surgimiento de tratados sobre arquitectura, escultura y pintura.
El artista empieza a cobrar conciencia de su papel en la sociedad. Es respetado y venerado por todos. Ya no es un mero artesano, sino un inventor, un artífice de ideas que firma sus obras. Los artistas más famosos son reclamados de un lugar a otro. En adelante, el artista definirá con su exclusiva personalidad su obra y rara vez aparecen los nombres de los colaboradores. A veces, como es el caso de Miguel Ángel, este trabajará solo. Ello aumentará más el mito y se hablará de “genios”.
El mecenas es el protector de los artistas, y a veces llega a mantenerlos durante un tiempo. Solían ser miembro de familias acomodadas, príncipes e incluso papas, que encargaban y coleccionaban obras de arte. Un buen ejemplo es la familia de los Médici, en Florencia.
El Renacimiento puede dividirse en las siguientes etapas:
1. TRECENTO: años finales del s. XIV.
2. QUATTROCENTO: s. XV. La capital artística es Florencia.
3. CINQUECENTO: s. XVI. La capitalidad del arte se desplaza a Roma.
En cuanto a la obra, se trata de El Expolio de El Greco.
En torno a 1576 El Greco debió de trasladarse a España, entre otros muchos viajes, con la intención de servir a Felipe II en la decoración del monasterio de El Escorial. Después de una breve estancia en Madrid se marcha a Toledo para realizar El Expolio de Cristo, encargado por el Cabildo de la catedral. La cronología de esta obra es 1577-1579 y la técnica que utilizó fue el óleo, sobre lienzo. El tema del Expolio, se centra en el momento en que Jesucristo va a ser despojado de sus vestiduras al comienzo de la Pasión. En esta obra, el punto central es Jesucristo, al que no afecta el gentío de alrededor y que mira al cielo con rostro de serenidad y de aceptamiento, con esa túnica tan llamativa de color rojo (el cual simboliza el sacrificio y el martirio). La calidad de este pintor llega hasta tal punto que en la armadura de la persona que está junto a Jesús, se llega a reflejar ese color tan intenso que caracteriza a la túnica.
Esta obra fue criticada de alguna manera, por el hecho de que El Greco se tomara la libertad de colocar, en la parte superior del cuadro, y por tanto más elevado que la figura de Jesús, esa serie de personas, o el típico abigarramiento de rostros de El Greco, y por colocar en la parte inferior izquierda (siempre en cuanto a nuestro punto de mira de la obra), a María Magdalena y a Salomé, cosa que no aparece en el retrato bíblico. Al lado izquierdo de Jesús, se encuentra un hombre que se dispone a desnudarlo. En el lado inferior derecho de la obra, se encuentra un hombre en escorzo, en el que llama la atención, la gran luminosidad de la manga de su chaleco, que está preparando la cruz en la que será colocado Jesús. También llama la atención de la obra que El Greco coloca los pies de Jesucristo junto a la parte inferior de la cruz, que es precisamente la que está preparando este hombre, donde Él será colocado.
El Renacimiento significa un despertar del Humanismo. Por primera vez, el hombre se siente centro del universo (antropocentrismo), y esto tendrá una evidente plasmación en el arte, tanto en la arquitectura, donde las dimensiones del edificio se acercan más a la escala humana, como en la escultura y la pintura, donde el naturalismo y el realismo se imponen cada vez con más fuerza. El culto a la vida y el amor a
La figura clave de este periodo es el humanista, el hombre universal, que posee conocimientos sobre una amplia variedad de temas: filosofía, literatura, geografía, arte, a la vez que leen el latín y el griego. En las cortes renacentistas, deseosas de abrirse a un mundo nuevo, estos hombres son aclamados con veneración. Quizás Leonardo Da Vinci sea el ejemplo perfecto de este nuevo prototipo humano.
Nace ahora la crítica del arte, pues por primera vez la obra de arte es analizada racionalmente desde el punto de vista del espectador. Los pensadores renacentistas discutían sobre la idea de Belleza y la plasmación física de la misma en el arte. Ello da lugar al surgimiento de tratados sobre arquitectura, escultura y pintura.
El artista empieza a cobrar conciencia de su papel en la sociedad. Es respetado y venerado por todos. Ya no es un mero artesano, sino un inventor, un artífice de ideas que firma sus obras. Los artistas más famosos son reclamados de un lugar a otro. En adelante, el artista definirá con su exclusiva personalidad su obra y rara vez aparecen los nombres de los colaboradores. A veces, como es el caso de Miguel Ángel, este trabajará solo. Ello aumentará más el mito y se hablará de “genios”.
El mecenas es el protector de los artistas, y a veces llega a mantenerlos durante un tiempo. Solían ser miembro de familias acomodadas, príncipes e incluso papas, que encargaban y coleccionaban obras de arte. Un buen ejemplo es la familia de los Médici, en Florencia.
El Renacimiento puede dividirse en las siguientes etapas:
1. TRECENTO: años finales del s. XIV.
2. QUATTROCENTO: s. XV. La capital artística es Florencia.
3. CINQUECENTO: s. XVI. La capitalidad del arte se desplaza a Roma.
En cuanto a la obra, se trata de El Expolio de El Greco.
En torno a 1576 El Greco debió de trasladarse a España, entre otros muchos viajes, con la intención de servir a Felipe II en la decoración del monasterio de El Escorial. Después de una breve estancia en Madrid se marcha a Toledo para realizar El Expolio de Cristo, encargado por el Cabildo de la catedral. La cronología de esta obra es 1577-1579 y la técnica que utilizó fue el óleo, sobre lienzo. El tema del Expolio, se centra en el momento en que Jesucristo va a ser despojado de sus vestiduras al comienzo de la Pasión. En esta obra, el punto central es Jesucristo, al que no afecta el gentío de alrededor y que mira al cielo con rostro de serenidad y de aceptamiento, con esa túnica tan llamativa de color rojo (el cual simboliza el sacrificio y el martirio). La calidad de este pintor llega hasta tal punto que en la armadura de la persona que está junto a Jesús, se llega a reflejar ese color tan intenso que caracteriza a la túnica.
Esta obra fue criticada de alguna manera, por el hecho de que El Greco se tomara la libertad de colocar, en la parte superior del cuadro, y por tanto más elevado que la figura de Jesús, esa serie de personas, o el típico abigarramiento de rostros de El Greco, y por colocar en la parte inferior izquierda (siempre en cuanto a nuestro punto de mira de la obra), a María Magdalena y a Salomé, cosa que no aparece en el retrato bíblico. Al lado izquierdo de Jesús, se encuentra un hombre que se dispone a desnudarlo. En el lado inferior derecho de la obra, se encuentra un hombre en escorzo, en el que llama la atención, la gran luminosidad de la manga de su chaleco, que está preparando la cruz en la que será colocado Jesús. También llama la atención de la obra que El Greco coloca los pies de Jesucristo junto a la parte inferior de la cruz, que es precisamente la que está preparando este hombre, donde Él será colocado.
El Greco es el pintor más importante del siglo XVI en España. Se trata de un pintor moderno, en el pleno sentido de la palabra. Algunas de sus características más importantes, las cuales refleja en la obra son: que rompe con el dibujo, pintando a base de anchas pinceladas, siguiendo la influencia de la escuela veneciana. Utiliza colores vivos, como vemos en la túnica, o en la ropa que llevan puesta Salomé y el hombre que prepara la cruz, siendo un extraordinario pintor de calidades. Sacrifica la anatomía y la proporción en beneficio de la expresión. Esto le lleva a alargar enormemente las proporciones, para aumentar el dramatismo, cosa que no se aprecia aquí demasiado, y que sí se apreciará en su obra y obra cumbre de la pintura española del siglo XVI, El entierro del conde de Orgaz. El Greco busca lo infinito, su pintura está por encima de la realidad. Fue ante todo un artista muy personal, de esos que escapan a cualquier clasificación.
Ana Rocío Cortés Ramos, 2º Bachillerato D
Ana Rocío Cortés Ramos, 2º Bachillerato D
2 comentarios:
Es fascinante la túnica de Cristo en contraste con los personajes que lo enmarcan ...
Muy buenas las presentaciones.
He puesto un link en mi blog.
Te dejo la dirección por si te interesa:
www.arteolmos.blogspot.com
Un saludo
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