lunes, 24 de noviembre de 2008

Comentario del Apoxiomenos, de Lisipo

Nos encontramos ante una imagen que pertenece al arte griego, concretamente al periodo clásico. El mundo griego es considerado la base de la cultura occidental. Se trata de una cultura antropocéntrica, donde todo gira alrededor del hombre. Se concibe a escala humana, siendo la belleza la perfecta relación armónica que debe existir entre todas las partes de un todo. Los dioses serán representados como hombres. El mundo griego se organiza en polis. Es en una de esas polis, Atenas, donde tiene lugar el nacimiento de la democracia como sistema político, lo que tendrá un reflejo importante en el arte. La religión será un elemento unificador de esta cultura, ya que será muy importante en el arte. El arte griego se divide en 3 periodos: Periodo arcaico (s. VII-VI a.C), Periodo clásico (s. V-IV a.C), momento de mayor esplendor artístico, Periodo helenístico (s. III-I a.C).

Se trata de una escultura exenta o de bulto redondo. La técnica que se utilizó en la original fue la fundición y su material el bronce, pero en las copias se utilizó el mármol y la talla. Su autor fue Lisipo, quien hace cada vez figuras más naturalistas. Se trata de un gran broncista. Esta escultura representa a un atleta que se limpia el sudor con la estrígile. Se trata de un desnudo más esbelto, donde se establece el nuevo canon de las 8 cabezas, según el cual la cabeza debía ser 1/8 del cuerpo. Se trata de una escultura de bulto redondo. Es una escultura antropomorfa. Se puede apreciar en el cuerpo el principio de frontalidad, pero el brazo extendido invita a girar en torno a él y ofrece múltiples puntos de vista . Se aprecia un naturalismo idealizado, el punto intermedio entre realismo y naturalismo, donde se representa al hombre perfecto, sin defectos. A través del canon se busca la perfección formal. Se trata de una persona que controla los sentimientos, lo podemos apreciar en la serenidad del rostro. Se trata de un movimiento antes de desarrollarse la acción, donde el atleta inclina la cabeza para mirar a lo lejos. Eleva los brazos casi a la altura de los hombros. Ambos brazos están tensos. La figura se apoya sobre una pierna, la otra no está relajada, sino que parece como si se desplazase a la derecha y contribuye a sustentar la estatua. Se aprecia el contraposto, desnivelándose la línea recta de las caderas. Se trata de una escultura policromada, aunque con el paso del tiempo se ha perdido el color. En esta época aparecen ya las esculturas firmadas, por lo que es importante la creación artística individual.

Comentario realizado por Estefanía Bardo Medina, 2º Bachillerato D

2 comentarios:

Francisco Ortiz dijo...

Mi admiración para la autora del comentario.

Sarinsky dijo...

Me alegra haber encontrado este blog. Me ha encantado. Queda enlazado en el mio.

Saludos!